Cuando Yune terminó de hablar, toda la sala de reuniones quedó en silencio por un momento. Luego, surgieron inmediatamente voces de incredulidad. Preferían creer que estos asuntos fueron llevados a cabo por Rosalía en lugar de Claus, quien consideraban un inútil.

La reacción de la rama familiar del segundo y tercer hijo fue aún más violenta, considerando que esos no eran más que los méritos que la rama del primer hijo imponía sobre Claus para que pudieran mantener el puesto de director.

—Gerente Yune, si quieres mentir, tienes que considerar la realidad. Inventar cosas que no existen y engañar a todos no tienen sentido.

—Así es, tía. Sé que siempre has valorado al hermano mayor, pero no es necesario que exageres tanto. Probablemente, eso es solo tu imaginación —agregó Jonathan, su cara se crispó como si estuviera reprimiendo una risa. Lo hizo a propósito para burlarse de que la rama del primer hijo no sabía hacer nada.

Sus actitudes le dieron a Yune aún más escalofrío. Sonrió fríam