Estrella estaba al lado y guardaba silencio. No volvió a intervenir en su conversación después de decir un ´´en adelante´´.Con el ceño fruncido, reflexionó en lo que había dicho Zamora. Era ella quien había estado con Rosalía desde anoche hasta hoy.Rosalía había estado bien esta mañana al despertar y había mantenido una conversación alegre con ella. Si alguien hubiera intentado envenenarla, lo habría hecho entre esta mañana y el mediodía.Tras reflexionar por un momento, Estrella dijo: —Como solo una enfermera entró en la habitación esta mañana, creo que el tío puede llamarla acá para preguntarle más detalles.Cada ronda estaba registrada, así que encontrarían a dicho enfermero al revisar el registro. Zamora asintió con la cabeza y revisó el registro. No tardó mucho en encontrar a dicha enfermera y la llamó para acá en seguida.—¿Qué pasa, señor? —preguntó la enfermera con mucho respeto.No quería comportarse mal ante tantas personas.—¿De dónde habías adquirido esa medicina que le
La investigación reveló que no había ocurrido nada raro en el hospital.Pero todos estaban seguros de que Rosalía, aún en coma, había sido víctima de alguna maldad. El rostro de Claus estaba sombrío, mientras que Yune no podía reprimir las lágrimas y seguía llorando.¿Cómo era aceptable que alguien tan docente como Rosalía terminara así? Zamora sacó una toalla, le limpió las lágrimas a Yune y la consoló: —No te preocupes, buscaré una solución.—¡Qué injusto! Madre ya es muy mayor. ¿Quién puede ser tan despiadado para haberla envenenado? —exclamó Yune. Si fuese posible, Yune querría sufrirlo todo en lugar de Rosalía.—Yune, todos estamos tristes. Pero es justo en este momento crítico cuando debemos ser fuertes. De lo contrario, no podremos encontrar al culpable y madre nunca podrá librarse de los peligros ocultos —dijo Zamora en un tono suave mientras daba unas palmaditas en la espalda a Yune.—¡Pero la verdad es que no tenemos ni idea de quién podría ser el culpable! —dijo Yune entre
Sin embargo, como había predicho Zamora, Rosalía presentó los síntomas de demencia.—Madre, ¿me recuerdas? ¿Quién soy yo? Y Claus, ¿te acuerdas de él, madre? —Yune corrió hacia la cama de Rosalía y se señaló a sí misma y a Claus, con la esperanza de que Rosalía pudiera identificarlos.Al oírlo, Rosalía la echó un vistazo, se volvió torpemente y se enfocó en los dedos.Luego, soltó una risa tonta mirando hacia la ventana. Su rostro reflejaba perplejidad y desconcierto. Reaccionó como si estuviera viendo el mundo por primera vez.—Abuela, ¿quieres tomar agua? Es mejor que bebas un poco —Estrella le trajo un vaso de agua.Sin embargo, Rosalía se comportaba aturdida como si no conociera de qué se trataba.No sabía beber agua y no podía contar cuántos dedos levantó Estrella al preguntarle.Ni siquiera podía responder a las preguntas.Yune se tapó la boca atónita ante esta escena y luego, se desmoronó.No se imaginaba que Rosalía hubiera cambiado tanto.Hace dos días todavía estaba bien, pe
Después de revisar todos los ingredientes de la medicina, Zamora frunció el ceño. Al ver su reacción, Yune también se puso muy nerviosa y preguntó: —¿Algún problema? ¿De qué se trata este medicamento? ¿Es posible curarla a madre?Zamora dijo en serio: —Es un medicamento nuevo que nunca ha aparecido en el mercado. Tiene muchos ingredientes desconocidos. Va a costar mucho encontrar el remedio.Fue la primera vez que Zamora vio un medicamento tan raro durante toda su carrera. Este medicamento era muy efectivo, pero no se vendía públicamente en el mercado. Según veía, era difícil averiguar su fuente exacta.A Zamora le parecía una tarea bastante ardua.Pero como Yune ya está muy desconcertada, para no molestarla más, no podía decirle la verdad.—¿Es posible que madre persista hasta que encuentres el remedio? — preguntó Yune con los ojos rojos. Se podía ver las lágrimas en ellos.La situación dejó a todos sumamente incómodos. Ahora solo esperaban que Rosalía se recuperara lo antes posibl
Claus salió a atender a Jonathan. Javier se lo llevó en silla de ruedas a donde estaba Jonathan, cerró la puerta del pabellón y se retiró.—¿Qué haces aquí? —preguntó Claus con una mirada indiferente.Y Jonathan, en vez de responder a Claus, miró directamente a la habitación de Rosalía. Al ver la puerta bien cerrada, volvió la mirada hacia Claus. Tenía un documento en la mano.Le enseñó el documento en la mano y dijo: —Como sabes, me encargo de los negocios de la filial, así que tengo muchos documentos que la presidenta debe revisar. Necesito que la presidenta firme este documento urgentemente.El verdadero objetivo de la visita de Jonathan solo lo sabía él mismo. Quería confirmar si el medicamento era efectivo. Vino también por el motivo de que el Segundo Tío abuelo no había podido esperar más. Al saber la noticia sobre Rosalía, lo envió aquí inmediatamente para que pudiera averiguar más detalles.Justo en este momento tenía un documento urgente, lo cual le ofreció una excusa legíti
Claus y Javier entraron en la habitación y Yune les preguntó: —Claus, ¿quién es?—Jonathan. Ha dicho que tiene un documento urgente que necesita la firma de la abuela —dijo Claus.Yune se levantó enfadada: —¡Seguro que ellos son los culpables!Ninguno de ellos había visitado a Rosalía en el hospital.Pero en este momento, justo cuando le ocurrió el accidente a Rosalía, ellos aparecieron con la excusa de visitarla. ¡Qué gran coincidencia!Obviamente, la rama familiar del segundo hijo y la del tercer hijo esperaban que Rosalía muriera pronto.Al pensar en esto, Yune se ponía más enojada.Decidió cuestionar a Jonathan por su descaro. ¿Cómo podría ser tan indiferente con una vida humana?Iba a enfrentar a Jonathan, pero Claus la detuvo y dijo: —Tía, tranquila. No te dejas llevar por los impulsos.Ahora no contaban con ninguna prueba.Si disputaban con los de la rama familiar del segundo hijo, estos irían a tomar más medidas inesperadas que empeorarían la situación.Para la seguridad de Ros
En este punto, era imposible ocultar la enfermedad de Rosalía.Jonathan aparentó enojo y exclamó: —¿Cómo podían haber ocultado la enfermedad de la presidenta por tanto tiempo?En realidad, la alegría le llenaba el corazón.Rosalía había sido envenenada, lo cual coincidía con su suposición. Estaba seguro de que Rosalía ya estaba loca.Obviamente, la anciana ya no podía gestionar los negocios de la empresa. La rama familiar del hijo mayor ya no era ninguna amenaza para ellos.—La abuela nunca ha sido muy saludable. Tampoco queremos verla sufrir tanto— En este momento, solo Claus podía responder con calma.—La empresa tiene miles de empleados y un montón de negocios. Si la presidenta no puede dirigir el trabajo, lo más importante será encontrar a alguien para reemplazarla. ¿Hasta cuándo van a seguir escondiendo la verdad? —Dijo Jonathan con una sonrisa fría.—Esto es asunto de nuestra rama familiar. No tienes que preocuparte. Haremos todo lo posible para que la abuela se recupere pronto —
Yune se obligó a mostrar tranquilidad.En este momento lo más importante era encontrar un remedio para Rosalía.—Por favor, cuiden bien a madre. Yo me encargaré de los negocios de la empresa— dijo Yune con amargura.Uno de ellos tendría que asumir la carga.Claus asintió con la cabeza. Por el momento eso era lo mejor que podían hacer....Después de regresar, Jonathan informó al Segundo Tío abuelo de la enfermedad de Rosalía.—¿Es verdad? ¿Estás seguro? —preguntó el Segundo Tío abuelo con los ojos muy abiertos. Se podía observar en sus ojos tanto la alegría como la sorpresa.—Lo vi con mis propios ojos y estoy muy seguro de que ella ya está loca. Le saludé a ella, pero esta no tuvo ninguna reacción —dijo Jonathan con firmeza.Si Rosalía no hubiera estado demente, lo habría echado en cara por la descortesía.—¡Qué bien! —dijo el Segundo Tío abuelo. Se rozó la barbilla, sonriendo.Informó inmediatamente al Tercer Tío abuelo de la notica.Sentían mucha sorpresa.No habían esperado poder c