L. Alejandra
Siento que lo más frustrante es quedarse estancados en las preguntas cada vez que nos pasa algo como ¿Por qué? ¿Qué hice? ¿Por qué a mí? Nos desanimamos tanto tratando de conseguirle el sentido a estas preguntas, decimos no merecemos lo que nos pasa, es que siento que a veces no es de que lo merezcamos o no, simplemente no podemos desgastar nuestras energías en ese tipo de cosas porque nunca habrá una respuesta o una que sintamos valida.
Aun recuero cuando era niña y las palabras de mi medre me golpean hoy con tanta fuerza en ese entonces para mí solo eran palabras, hoy en día tienen más sentido que nunca, como frases típicas “No todos quieren tu bien” “No confíes en todo el mundo” “No seré eterna”
Hoy en día puedo decirte que tus palabras no eran frases vacías típicas de madre, tenían tanto peso, sin embargo, confiaste en quien no debías y gracias a eso es mi infierno hoy en día.
Te fuiste en ese accidente con mi padre y me dejaste con la persona en la cual no debiste confiar, no puedo odiarte madre, no puedo odiarte padre, porque sé que mostraron una cara falsa y hoy en día estoy pagando por eso, por odio, la envidia que tiene esta persona, sin embargo, ahora en tanta oscuridad hay una luz, pero no sé si es otra puerta a otro infierno.