A pesar de los esfuerzos de Elena por defender su amor por Lucía, sus padres no dieron su brazo a torcer. La tensión en la sala alcanzó un punto crítico, y Elena sintió cómo la frustración y la impotencia se apoderaban de ella.Roberto, con una mirada inflexible, respondió: "No podemos apoyar algo que creemos que no es lo mejor para ti, Elena. No entendemos esta relación, y sinceramente, no estamos de acuerdo con ella."Elena, sintiendo una mezcla de ira y tristeza, miró a Lucía. "Vamos, Lucía. No tiene sentido seguir aquí. Es evidente que mis padres no están dispuestos a escuchar ni a entender."Lucía, con lágrimas en los ojos, asintió y tomó la mano de Elena. "Está bien, Elena. Vámonos."Mientras se levantaban para irse, Marta hizo un último intento de razonar con su hija. "Elena, por favor, piénsalo bien. No queremos que tomes una decisión de la que puedas arrepentirte."Elena, con la voz quebrada pero firme, respondió: "No me arrepiento de amar a Lucía. Me arrepiento de que no pue
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