—¡Mamá, por favor, lleva a tu bebé a la cama! No la dejes parada aquí tan tarde.—Belinda se sintió aliviada cuando finalmente vio a su madre, Sherry. Todos sabían que su padre amaba mucho a su madre y la madre de Belinda la adoraba profusamente, por eso era tan rebelde.—Oye, no molestes a tu padre, o nunca estaré de tu lado. Por cierto, ¿quién era ese chico de esta noche? ¿Tu novio? ¿Qué tal si le pides que cene con nosotros la próxima vez? ¿Por qué no nos lo presentas? De esa manera, tu padre no intentará organizarte citas a ciegas todo el día—. Sherry fingió estar enojada y le dio un golpecito en la cabeza a Belinda con el dedo, pero su voz era muy tierna. Sherry era de mediana edad, pero aún así era muy atractiva.—Mi adorable madre, es tarde. Quiero dormir ahora. No quiero despertarme con ojeras
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