Liam rodeó mis hombros, viendo como una pequeña lágrima caía por mi mejilla, hasta que una voz muy familiar me hizo alejarme del cuerpo de Liam, girando mi cuerpo para que los ojos de mi esposo y los míos quedaran frente a nosotros, mirándonos fijamente.—¿Estoy interrumpiendo algo?— escuché a Gerard, preguntando con un tono un tanto sarcástico.—Gerard—, dije, sorprendida.La mirada de Gerard era fría y aterradora, dejándome quieta e inerte, sin saber qué más decir.—Creo que sí, ya que Amanda y yo estábamos hablando de cosas que nos interesaban a ambos—, respondió Liam.—Escúchame, maldito niño, eres un imbécil—, dijo Gerard, agarrando a Liam por el cuello de su chaqueta. —Si te acercas a mi esposa otra vez, te cortaré las pelotas y las usaré como llavero—, terminó de decirle Gerard a Liam.—Gerard, por favor quédate quieto, no hagas una escena en el medio aquí, por favor déjalo ir—, le dije.—¿La estás emborrachando? Eres un hijo de puta, ¿qué querías hacer con mi esposa? —Dime—, p
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