"Buenas noches, abuela", dije al teléfono cuando contesté la llamada. Intenté sonar lo más casual posible, pero me moría de ganas de saber por qué llamaba, ya que las amabilidades parecían alargarse."¿Cómo has estado, niña? Ha pasado mucho tiempo", me dijo con su habitual voz chillona por el altavoz del teléfono."He estado bien, abuela. ¿Cómo estás tú?"."Estoy bien, Sydney. Te llamaba para invitarte personalmente a mi banquete de cumpleaños que será el domingo".Solté un suspiro que no sabía que estaba conteniendo."Verás, abuela", empecé, insegura de cómo decírselo con delicadeza. "Sabes que ahora estoy divorciada de Mark. No creo que sea apropiado que asista a eventos íntimos de la familia como éste"."Qué tontería. Eres familia, siempre serás familia para mí".Se me encogió el corazón ante su comentario y resoplé, pero aún así quise mantenerme firme. "Lo sé, abuela, pero... ¿Qué tal si lo celebro contigo en privado? A solas tú y yo". Miré a Grace que parecía totalmente inm
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