19El punto de vista de SofíaMe acababa de instalar en mi habitación, hojeando algunas notas para mi próxima clase, cuando sonó mi teléfono. Al mirar el identificador de llamadas, vi que era mi padre. Con una mezcla de emoción y aprensión, respondí la llamada.“Hola, papá“, lo saludé con una cálida sonrisa, como si pudiera verlo a través del teléfono.“Hola, cariño”, se escuchó su voz, sonando tan familiar y reconfortante como siempre. “¿Cómo va todo allí?”Me recliné contra las almohadas, olvidando mis notas momentáneamente. “Bien, bien. La escuela me mantiene ocupada, ya sabes cómo es”.Él se rió entre dientes al otro lado de la línea. “Recuerdo esos días. Entonces, ¿cómo son tus clases? ¿Cómo te trata UCLA?”Me lancé a contar detalladamente mis clases, mis profesores y los diversos proyectos en los que estaba trabajando. Siempre fue agradable encontrarme con mi padre y escuchar su interés y apoyo genuinos. Hablamos de mi programa de escritura creativa, mis interacciones con mis co
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