Shen:La suavidad de su piel, la calidez en ella, su fragancia, sus gemidos, cada gesto, cada suplica, todo, absolutamente todo de ella me enceguecía, me cautivaba, me atrapaba, pero sobre todo me enloquecía el saber que regresaría a mí, porque era mía, solo mía. Aunque todo me pareciese un sueño, sabía que era real, había llegado a su alcoba sintiendo el peso de la desolación y la confusión, perdido entre lo que había planeado hacer, y lo que sentía que debía hacer, sé que mi hermano merece ser vengado, pero no será a través de ella, no de Dalia, mi diosa no será sacrificada por la falta de ese imbécil, deberé hablar con Mei al respecto, pero por ahora, solo me dedico a limpiar la prueba de que Dalia es solo mía, su sangre y mi semen se mezclan formando un hermoso color rosa, en la toalla húmeda, sus mejillas enrojecen, pero no dice nada, no puede, está cansada, el estrés del día, y el hecho de que… hicimos el amor la han agotado, aun así me quedo a su lado, hasta que al fin cae en u
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