Sentí sus brazos rodeándome por detrás, temerosa de perder esa sensación de seguridad, aunque solo fuera en un sueño. Pensaba en los próximos pasos, en cómo volver con el alfa. Mordisqueé suavemente su espalda, haciéndolo suspirar, y subí besándolo, inhalando su embriagante aroma maderado, deslizando mis uñas sobre sus hombros y brazos en un vaivén rítmico. — Todavía no puedo darte las respuestas que buscas, pero, por favor, alfa… ¿Aquí, al menos, podemos ser solo tú y yo? — Aaron se giró, tocando mi rostro con la palma abierta. Dejé caer mi cabeza en su mano, cerrando los ojos para absorber su cariño. — Por favor… Su mano bajó hasta mi nuca, tirando suavemente para acercarme, mientras sostenía mi cuerpo sobre el suyo. Mordió mi abdomen, pas&oac
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