Punto de vista de AryaSiento la presencia de Jacob incluso en mi sueño, pero sé que no hay forma de que él se acerque al territorio. Me doy la vuelta y sigo durmiendo. Sin embargo, la cama se hunde y siento un hormigueo en mi cuerpo, por lo que me despierto de un salto."No, no", murmuro. Abro los ojos solo para ver a ese hombre arrogante sentado al borde de mi cama."Arya"."¿Cómo entraste en mi habitación?", le pregunto con frialdad. No puedo creer que irrumpiera en el castillo del rey sin permiso de nuevo."No importa. Tengo que verte". Frunzo el ceño ante su respuesta, pero él sonríe con picardía."¿Cómo te atreves a venir a mi casa?", le digo con enojo, cruzándome de brazos. No me responde, solo posa su mirada en mi cuerpo. Solo entonces me doy cuenta de que solo llevo un corto y delicado camisón de seda, y me pongo roja, pero trato de mantener la calma."Arya, ¿tomaste tu decisión?", me pregunta con seriedad, sorprendiéndome. Se acerca a mí, me agarra de la cintura y me besa en

Punto de vista de JacobLa observo mientras admiro la vista de la ciudad. Arya es una mujer refinada y le gusta hablar con confianza, así que me atrae más. La oigo hablar sobre sus intereses en el arte. Sin embargo, aún no aceptó mi propuesta, así que le tomo de la mano suavemente, haciendo que se sorprenda al sentir un cosquilleo."¿Es un sí?"Pierdo la paciencia, acerco mi silla a la suya y le acaricio su muslo. Se le acelera la respiración mientras la beso en el cuello. Sigo provocándola con mis dedos y labios, muerdo su cuello sensible y se le escapa un gemido, lo que hace que se me endurezca el pene al poco tiempo. Todo lo que quiero ahora es desparramar todo en la mesa y devorarla aquí, pero no puedo hacerle nada hasta que acepte mi propuesta. Ella agarra mi cabeza y me acerca a ella. Sé que está mojada y me desea. Continúo tocando su cuerpo hasta su vagina mientras ella reprime un gemido."¿Qué estás...?", se estremece y gime mientras mis dedos invaden su entrepierna. La penetro

"No te tengo miedo", balbucea Alaiah. Sonrío con desdén y me acerco a ella para amenazarla: "Lárgate de aquí". Se levanta lentamente, ella es una mujer orgullosa y odia aceptar la derrota, pero ahora yo soy su reina, e incluso su Lycan lo admite. Sin embargo, mi error fue darle la espalda. Se lanza sobre mí, me clava sus garras afiladas, y suelto un aullido de dolor. Leon me escucha y me pregunta si estoy bien a través de nuestro enlace mental.'Todo bien, cariño. Solo necesito enseñarle una lección', cierro el enlace mental y me giro con toda mi fuerza para mandarla a volar al otro lado de la habitación. Ella cae al suelo con un golpe fuerte. Los clientes gritan y se apartan en un instante."Eres una perra. ¿Cómo te atreves a ponerme las manos encima?", le gruño, mi cuerpo tiembla mientras avanzo hacia ella.Alaiah se levanta del suelo y se abalanza sobre mí, pero reacciono con rapidez. Después de abofetearla y patearla varias veces, la sujeto del cuello y la lanzo contra la pared m

Punto de vista de Anaiah"Te arrepentirás de haberte cruzado en nuestras vidas. Hoy te mostraré a ti y a todos que no eres la reina fuerte que necesitamos. Te humillaré", se burla Alaiah y espero a que termine con su fanfarronería, porque sus palabras ya no me afectan. Chalo y yo estamos muy seguras de que ganaremos. Comenzamos a dar vueltas, evaluándonos mutuamente, hasta que ella lanza el primer golpe. No reacciono a tiempo, y me alcanza la mejilla. Antes de que pueda recuperarme, me asesta otro golpe en la misma mejilla. La multitud exclama al ver esto."¡Leondre será mío una vez que te mate!", me grita ella. Ahora mi cuerpo tiembla de ira y mis colmillos se alargan, pero esta es mi pelea, no la de Chalo, así que la mantengo bajo control. Le lanzo un puñetazo, haciéndola retroceder varios pasos, y sin darle tiempo a reaccionar, la pateo en el abdomen, haciéndola tambalearse varios metros.Seguimos enfrascadas en una lucha cuerpo a cuerpo. Puedo ver cómo ella se va cansando y frustra

Punto de vista de AryaPuedo escuchar los latidos de mi corazón. Su delicioso aroma me envuelve. Lo extraño mucho y no puedo esperar verlo. Estuvo ausente unas semanas, así que no pudimos estar juntos. Una vez que nos encontramos, él envuelve sus brazos alrededor de mi cintura."Te echo mucho de menos", me susurra y le acaricio el rostro. El viaje es silencioso mientras nos dirigimos a su casa. Él toma un sorbo de whisky mientras yo contemplo el hermoso paisaje urbano. Esta zona de la ciudad solía ser parte de mi manada, pero mi hermano la convirtió en un terreno neutral cuando asumió el cargo de rey, así que ahora los lobos de diferentes manadas pueden estar aquí sin temor a conflictos.Llegamos a su lujoso apartamento, que está tan ordenado como lo recuerdo, con muebles en blanco y gris. Tiene cuatro habitaciones, una enorme sala de estar, una cocina elegante que no usa excepto cuando vengo, una sala de estudio, un minibar, un gimnasio y una piscina.Me acerco al balcón, porque me en