CAPITULO XIII. FRANK FISCHER
Una llamada directa de Berlín hizo a Duncan tomar un avión de inmediato, su padre habría sufrido un infarto, y dada su condición sus probabilidades de sobrevivir eran pocas. Frank no había sido el padre perfecto, siempre ocupado en sus negocios, con la muerte de su esposa, su refugio fue el trabajo, pero siempre se encargó de que sus hijos tuvieran la mejor educación, por su parte Duncan admiraba al hombre empresario, más no al hombre como padre, y todo se complicó más con la muerte de Noah, las cosas se pusieron más tensas, en lo único que coincidían era en los negocios, Frank sabía que su hijo era un magnate en ese ámbito, confiaba plenamente en sus decisiones. Y aunque el viejo había sido el hombre más dócil del mundo con su pequeño nieto, para Duncan nunca sería una persona que mereciera su cariño, sin embargo, nunca lo privo de la compañía del pequeño, pues era lo único que les quedaba a ambos de Noah. Cuando Frank enfermó quiso acercarse un poco más a su
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