Leandro por Dios suelta esa arma, ¿qué haces cariño? No tienes qué hacer esto, cariño, ¿qué pasa? Te amo, no me hagas esto, ¡amor juro que si te quitas la vida yo hago lo mismo! Me arrodillo, pero soy incapaz de acercarme, estoy llena de pánico, ¿no sé hacer para quitarle esa maldita arma? ¿No sé cómo llegamos a esto? ¿No sé cómo pasamos de estar felices a estar a punto de un suicidio? Mis manos tiemblan, mis lágrimas no paran de bajar por mi rostro, ¡señor, ayúdame a decir las palabras correctas para que mi esposo no apriete el gatillo! Dios mío, poco a poco me acerco a él, pero él parece perdido, me está observando, pero no me está viendo, ¿no sé si entienden? Está como perdido en su mundo, en sus pensamientos no sé en qué mierda me acerco y lo abrazo por el cuello dejando la pistola muy cerca de mi cabeza. Con mi mano voy tocando su brazo, subo poco a poco hasta que mi mano sujeta el arma y la bajo poco a poco, solo cuando el arma cae al piso puedo respirar de nuevo. Amor, todo va
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