Las cosas cambiaron un poco, la constancia de Val en mis días fue decayendo, hubieran varios días en los que no logramos vernos o por lo menos no tanto tiempo como antes, en lugar de ser días sólo eran unas cuanta horas. La explicación que me daba sólo era que debía solucionar problemas de trabajo a lo cual obviamente no me ponía a indagar. Era la única realidad a la que me negaba, si bien dejé en el pasado lo que él me había hecho, dejándome llevar por la una nueva faceta mas amble y cariñosa, no estaba del todo preparada para aceptar de buenas a primeras que mi ahora novio, fuese un desalmado criminal, mafioso, asesino y anexas. Si había algo que aun podía admitir era que aun tenía pesadillas recordando el cuerpo sin vida de esa mujer, recordando el arrebato de enojó que lo hizo dañarme y su despreocupación por herir a la gente. No obstante, Val se convirtió en una desafortunada adicción, por cada momento que mi razón me proyectaba los momentos bárbaros que presencie por su cu
Leer más