Nora y Theo llegan unos treinta minutos después. Como dije, no había salido desde ese corto viaje desde el hospital.Moría de ganas de ver cómo había cambiado la ciudad. Cuatro años es mucho tiempo para que una ciudad como esta siga igual.Cuando suena el timbre, me levanto emocionada y abro la puerta."¿Tú e Iris están listas?", Nora pregunta.Estaba tan emocionada como yo. Dejé que ambos me abrazaran. Estar en sus brazos se sentía tan maravilloso y familiar. Como si fuera algo que recibía constantemente de ellos."Sí, déjame ir a buscarla".Me doy la vuelta y regreso a la sala de estar. Tomo a mi hija en brazos, me despido apresuradamente de Teresa y salgo de la casa.Estaba a punto de subirme al coche cuando un guardaespaldas me detiene."Lo siento, señora, pero no puedo dejar que se vaya", dice, apagando la emoción.No sabía su nombre, aunque lo había visto un par de veces mientras patrullaba el casa."¿Por qué no?"."Solo estoy cumpliendo órdenes", responde amablemente,
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