Sabía que mi conversación con Dustin sería difícil. Nadie quiere oír que su pareja ha pasado por los horrores que ha pasado el suyo. Pero, como su Alfa, es mi trabajo asegurarme de que lo sepa y de que sea yo personalmente quien se lo diga.Cuando toca la puerta de mi despacho, le digo que pase y tome asiento. Voy a la barra y nos sirvo un vaso de bourbon a los dos. Entonces, me acerco para sentarme a su lado."Así de mal, ¿eh?", me pregunta, tomando un sorbo del líquido ámbar."Dustin, ya sabes cómo fue para Angela cuando llegó aquí", empiezo, observando cómo él mira su vaso, tratando de buscar respuestas que no encontrará."Sí", dice en voz baja."Angela me habló de Sarah. Sebastian, el que vino a por ella hoy, no sólo se alimentó de ella. Abusó de ella a diario durante los siete años que fue su prisionera". Deja el vaso, se levanta y camina hacia mi pared y haciéndole un agujero.Luego, apoya la cabeza contra la pared y saca la mano del agujero que ha creado. "Sabía que era ma
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