“Muy bien mira, hasta que esto termine, vamos a vivir todos juntos en mi casa segura. Un lugar al que ni siquiera los guardias y mis padres tienen acceso”, comienza a decir Sebastián mientras se sienta hacia adelante, sus ojos puestos en Zaia.Su corazón da un vuelco y supongo que eso responde a mi pregunta.Puedo notar, por la loca atracción entre ellos, que se desean desesperadamente el uno al otro, y no tengo idea de cuál es su postura.Es decir, sé que estamos regresando, pero ¿ellos realmente han resuelto sus problemas?"Lo sé", dice Zaia. “Val, estarás a salvo con nosotros. Prometo que nadie te hará daño”. Ella me aprieta la mano y siento ese matiz de poder recorrerme.Desde que ella y Atticus me tocaron y se formó ese triángulo, he sentido una chispa de poder recorrerme cada vez que Zaia me toca. Es un poco como una corriente eléctrica y también la sentí de Atticus. Es casi como si hubiera un cable con corriente que nos conectara de alguna manera.“Confío en ti”, le respon
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