Por Leonardo.Me levanté temprano, estaba ansioso por verla, me acostumbré a desayunar con ella, cuando estábamos en Grecia.Me encanta compartirlo todo con ella.Por supuesto que no veo la hora de poseerla.Me muero por estar con ella, estoy deseando que pasen los días, quiero que esté bien y que no tenga ni siquiera una mínima molestia en su zona íntima, porque quiero hacerla gozar, que logre múltiples orgasmos, que se sienta totalmente mía.Que se sienta mujer, mi mujer.Cuando Denis llega, me avisa desde la puerta de la oficina, que estaba abierta.Noto que no sabe como saludarme.Toda esa seguridad es una fachada, que evidentemente le funciona muy bien con el resto de las personas, pero no conmigoSe dirige hacia su escritorio.-Denis...vení.Se acerca lentamente, como dándose tiempo, sin saber bien lo que tiene que hacer.No esperaba esa reacción suya, noto que es por timidez, cosa rara, y está ruborizada. como le sucedió muchas veces.Me paro cuando ella está a mi altura,-¿No
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