No hablo, no soy capaz de hacerlo, porque el hombre me ha dejado tan aturdida que no es posible para mí hablar o moverme siquiera un poco. Mi reacción, parece causar gracia a Ryan que sin decirme algo más, me rodea con su brazo alrededor de mi cintura, para elevarme.Mis pies no tocan el suelo, por lo que, de inmediato, me aferro a su cuerpo resbaladizo por el sudor. Pero, ni siquiera mi pequeño grito de sorpresa, hace que él deje de cargarme e incluso, camina hacia una de las maquinas donde él se sienta y me coloca sobre él, quedando frente a frente.— ¡¿Qué estás haciendo?! — pregunto escandalizada.— Te lo dije, hacer ejercicio contigo.— Dudo que esto sea llamado hacer ejercicio.— Solo vas a ayudarme un poco. Debo levantar estas pesas, pero, levanto mucho mi espalda y eso puede causarme una lesión. Tu misión aquí, será im
Leer más