Julio pensó que era Silvia, rápidamente agarró su teléfono, pero al abrirlo se dio cuenta de que era Natalia. Él contestó con cierta impaciencia, y del otro lado de la línea, se escuchó la voz llorosa de ella: —Julio, por favor, ayúdame. Todas esas cosas en internet son solo rumores maliciosos.¿Las
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