Inicio / Acción / Rayo volumen 3. / Capítulo 31 - Capítulo 40
Todos los capítulos de Rayo volumen 3.: Capítulo 31 - Capítulo 40
47 chapters
¿Eres pescador?
Esa tarde, Douglas y Kenneth se bajaron del Maybach y caminaron hasta las instalaciones de la universidad. El lugar volvía a abrir sus puertas; esta institución tuvo que levantarse de los escombros. En ese instante, Kenneth observó todo el lugar; evidentemente, ya no era como antes.—Me parece increíble ver este lugar así, antes estaba lleno de vegetación, ahora solamente quedan ruinas del jardín. Al estirar la mano, señaló una banca en mal estado y dijo. —Victoria solía quedarse repasando ahí. Anteriormente, había un gran manzano que le daba buena sombra, y siempre la encontraba ahí con su bebida energética.Douglas miraba hacia donde Kenneth señaló y el gran árbol ya no se encontraba en el lugar.—Mi hermana también desapareció. Al desviar la mirada, se percató del semblante de Kenneth. —¡Ánimo, cuñado, no te rindas! Ella volverá y lo hará pronto. A lo que Kenneth contestó: —De eso estoy seguro, yo mismo me encargaré de hacerlo, pero primero encontramos a Rodrigo. Al continuar su c
Leer más
Las consecuencias. Parte 1
32 —Mamá, ¿qué intentas decir? La sonrisa desapareció del rostro de la joven. —Vicky, por favor, no lo vuelvas a ver, ese muchacho es parte de la familia real, si va con Stanley estaremos perdidas. Nicole sintió miedo de ser encontrada por el hombre.—¡No lo creo! Me dijo que su padre era mercader y que transporta mercadería al extranjero.Mamá, Antoni no mentía, pude sentir sus manos ásperas; se nota que es un joven trabajador. En cuanto me dijo que exportaban mercadería al extranjero, pensé en que nos puede ayudar, podemos escapar de aquí. Esa fue la oportunidad que vio Victoria al enterarse a lo que se dedicaba el joven. —Victoria, ¿qué te he dicho? que no veas a las personas por lo que ellos puedan hacer, siempre te he dicho que valores su forma de ser. Nicole le volvió a recordar una vez más.—Eso lo tengo presente, pero ¿qué quieres que hagamos? Quedarnos cruzadas de brazos, pues no, vámonos de aquí, madre, por favor, busquemos la forma de salir de este país. Victoria suplicó co
Leer más
Las consecuencias. Parte 2
***Minutos antes.Rayo y Douglas iban a bordo del Maybach, y cuando pasaron frente a un centro comercial, vieron salir a Diego junto a la familia. —Es tu hermano y Johan lo acompaña. Rayo esbozó una sonrisa, y por un momento, pensó que Diego estaba haciendo las cosas bien, se sintió un poco tranquilo, pero la tranquilidad no le duró mucho, pues vio un auto gris sin matrícula y el hombre que manejaba le pareció sospechoso. —¡Javier da la vuelta de inmediato! ¡Que todos mis hombres nos sigan! ¿Qué sucede, padre? Douglas no notó lo mismo que Rayo.Lo cierto es que Johan recibió la llamada de Rayo y este le dijo. —Los acabo de ver saliendo del centro comercial, estoy cerca, pero mantente alerta: un auto gris sin matrícula se dirige hacia ustedes. El guardaespaldas no tuvo tiempo ni de voltear, ya que el conductor del auto gris pisó el acelerador, y fue directamente hacia Diego. Rayo no esperó a que Javier diera la vuelta y salió corriendo del vehículo. No obstante, no llegó a tiempo par
Leer más
La culpa es la que más pesa.
34— Alberto continuó golpeando el árbol, aunque, evidentemente, no lo hacía tan fuerte. Sus brazos y puños no son tan resistentes, a pesar de que es muy inteligente, su cuerpo es el de un niño. —¡Deja eso, Alberto, tú ganas, hablaremos de hombre a hombre! Los nudillos de las manos de Douglas estaban cubiertos de sangre, pero eso no fue motivo para que sujetara el brazo de su hermano. —Mírame a los ojos, soy tu hermano mayor, bueno, está Diego, pero soy mayor que tú, es mi deber cuidarte. No me gusta que tu edad te preocupes por los problemas de los adultos, disfruta tu niñez, Diego y yo lo hicimos. Douglas quería distraer la mente del niño genio. —¡Douglas, hermano, sé lo que intentas hacer! —¡No soy un niño común, soy hijo de Rayo, mi padre dice que soy fuerte, que tengo que soportar la ausencia de mamá, a ustedes no les tocó vivir sin ella! No me trates como un niño de cinco años. Contestó el chico con los pinos apretados. —¡Alberto, ahora no puedo ver eso, estoy furioso por
Leer más
¿Será que los milagros si existen?
35- Lo dicho, Rayo, solo hay uno, y sabe cómo hace las cosas y por qué las hace. Por esa misma razón, no se perdió ni un solo segundo de lo que está sucediendo.—¡Diego, mírame a los ojos! Kenneth enfureció más al ver que Diego no se defendió. En un momento de ira, soltó una de sus manos y le propinó un golpe en la mejilla. —No quiero escuchar eso, quiero a mi hermana con vida y que está bien.—¡Kenneth! El joven estaba por explotar todo su enojo, y con el corazón hecho un nudo, Ricardo lo apartó y solamente señaló a Diego.—Ruega a Dios para que ella se salve, no me gustaría convertirme en tu enemigo, también agradece a Thiago. Si no fuere por él, ya estarías esperando a mi hija en el otro mundo. El señor Loria quería descargar su rabia en Diego, y no lo hizo por Rayo. Esto le demuestra a Thiago que Ricardo está con él, en las buenas y en las manos.La actitud de su amigo lo hizo curvar sus labios, se notó un ligero toque de emoción en la mirada del CEO, pero tuvo que suprimir ese se
Leer más
No tengo mucho tiempo.
36- Por otro lado, Daniel salió del quirófano y se dirigió directamente a Diego. —¡Hijo, ya puedes entrar a verla, pero no le digas nada de lo que pasó, es mejor que ella no lo sepa, de lo contrario puedes ocasionar que sufra! Evidentemente, Daniel también cubrió la mentira de Rayo, pues todo es para ayudar al testarudo de Diego. El joven, asintiendo, agradeció al estrechar la mano de su tío.—¡Muchas gracias, no le diré nada a Catalina, solamente quiero que ella se reponga y olvidemos todo esto! En el rostro de Diego se podía apreciar cuánto ha sufrido. Al verlo así, Daniel sintió algo de pena, después de todo quiere mucho a Diego. Pero no puede traicionar a Rayo o echarlo de cabeza. —Entra a verla. Con estas palabras, Daniel sujetó la mano de Roce y salió de ese lugar.—He terminado por hoy, haré lo que pediste, pasaré más tiempo con Noa. De hecho, Daniel ya había acabado su turno, pero se quedó un poco más para ayudar a Catalina. Me alegra escucharte, Jordan la iba a acompañar, pe
Leer más
Resurgieron de las cenizas.
37 —Tienes razón. Rayo no sospechó nada de Rayito, pero será que su hijo le esconde algo. Si es así, pronto lo sabremos.En ese momento, Rayo no le dio más importancia y sin más salió de la mano de Alberto. Parecía tranquilo, pero por dentro está ardiendo. Su alma pide venganza y su corazón le exige el cariño de su esposa; quizás solamente ella pueda apagar lo que está sintiendo.Antes de bajar las escaleras, echó un vistazo a su familia. Esa noche todos estaban reunidos, las únicas que faltaban eran Nicole y su hija. Una vez más, el semblante del CEO cambió y al llegar a pie de la escalera dijo. —Aron y Diego, necesito hablar con ustedes dos. Sin embargo, esta vez no se encerró en el despacho, con paciencia se despidió de todos y se dirigió al jardín. —¿Aron, sé sincero y dime si estarás de mi lado o también crees en todas esas estupideces que se dicen de mí? Rayo sabía que los jóvenes lo han seguido y no volteó por aquello de llevarse una decepción.—¡Tío, no tienes que preguntar,
Leer más
El amo de los disfraces.
— A veces el pasado nos recuerda quienes somos y de dónde venimos, y quizás lo mismo le sucedió a Thiago, mientras conduce. Echó un vistazo por el retrovisor y logró ver la mirada de Diego, solamente una vez lo había visto así. En ese instante los ojos de Rayo se cristalizaron y detuvo el auto en medio de la nada.—Diego, sal del auto— dijo en un tono un severo. ¿Está enojado? Se peguntaba el joven; de hecho, Douglas y Aron también se sorprendieron.Lo cierto es que Rayo bajó después de Diego y antes le pidió a Javier que moviera el auto hacia adelante. Sea lo que sea que dirá, no quiere que nadie se entere.Estaban en medio de una colina y desde ahí podían ver toda la ciudad. Una vez que estaban solos, Rayo estiró su mano y sujetó la de Diego.—¿Sabes por qué estoy tan enojado? Preguntó Rayo sin soltar la mano de su hijo y mirando hacia la iluminada ciudad.—¿Por mi terquedad? Porque dudé de ti y puse a mi familia al borde de la muerte. Diego era consciente de todos sus errores.—¡No
Leer más
Estoy aquí para ayudarlas.
Tu hijo, también es mi nieto. Exclamó Edmundo con furia y continuó diciendo. Andrea me lo entregó a mí porque ella no lo quería. También te vino a tirar a mi casa como un perro, espero que eso nunca lo olvides.¿Cómo lo voy a olvidar si me lo recuerdas constantemente? Contestó Sean con el ceño fruncido. Todavía necesita la ayuda de Edmundo, de lo contrario ya lo habría eliminado.—Rayo morderá el anzuelo, pensará que Isaías soy yo. Agregó Edmundo sin preocupación.Lo cierto es que cuando Rayo se entere de que Sean continúa con vida, querrá matarlo con sus propias manos. Ha sido el único que logró apartarlo de Nicole una vez, o mejor dicho, dos veces, pues Tania también obedece sus órdenes.Mientras tanto, en Indonesia, Stanley tenía a Helen a sus pies. ¿No hablarás? Preguntó con un fuerte grito, y ante el silencio de la chica, el rey dio la orden de que la volvieran a azotar.—¡Piedad, mi rey! Suplico que tengas piedad. La joven no se atrevía a levantar la cabeza, pues es descortés qu
Leer más
El collar de mi madre.
-En la cabaña, Nicole cortaba algunos vegetales y al escuchar a Victoria, se alteró por los gritos que daba la joven. —¡Madre, ven pronto! La joven se escucha impaciente en ese instante. Nicole se cortó con la afilada hoja. —¡Rayos! Exclamó al ver la sangre, pero envolvió su dedo con la punta del delantal y salió apresurada.—¡Victoria, que son esos gritos! No obstante, Nicole se detuvo al ver al joven que acompaña a su hija.¿Quién es? Y ¿por qué lo traes aquí? Evidentemente, se enojó, se supone que nadie debía saber su paradero.—¡Madre, por favor, escucha lo que Antoni tiene que decir! Victoria dejó que fuese el joven quien explique la situación.—¡Soy todos oídos! Nicole apretaba su puño para poder detener la sangre.— ¿Te cortaste? La chica se dio cuenta de la sangre en la mano de su madre.—¡No es nada, solamente quiero escuchar lo que el joven quiere decir!—¡Señora, mi nombre es Antoni Nebraska y quiero ayudarlas! Antonio le contó lo mismo que le dijo a Victoria y, después de
Leer más