Saludó y se unió al plan que había surgido de imprevisto para mi madre, nos sentamos, la mesa estaba puesta, no pude evitar mirar a Mía en cada oportunidad.—Disimula, estás dejando a Ángel en ridículo, no mires tanto a Mía, tus planes no están funcionando, Ángel se está esforzando, pero no estás ayudando mucho Isaac —me susurró Arturo.—¡Maldición! No puedo, no está funcionando, me molesta su descaro, no le afecta en nada, no está saliendo como creí.—No, ella no te quiere Isaac, date cuenta, le satisface saber que aún le perteneces, que sigues enamorado de ella, debes de demostrar que no es así o por lo menos finge, Ángel está haciendo su parte, su trabajo, síguele la corriente.Decidí hacerle caso a Arturo, me giré para mirar a Ángel, me sonrió y su sonrisa me calmó, suspiré profundo y sonreí.—Eres hermosa —le dije sin que estuviera fingiendo, acaricié su mejilla y besé su nariz.—¿Y a que te dedicas Angelina? —cuestionó Mía.Pude notar que mi cambio de actitud había llamado su at
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