El enojo de Yelena era realmente incontrolable:—Incluso el hombre más tierno tiene su temperamento. Ustedes no deben ir demasiado lejos; de lo contrario, aunque no podamos competir con ustedes, ¡los haremos perder muchísimo!El grupo Prosperidad era un gigante en el sector farmacéutico de Costamar, y aunque no derrotara a la otra parte, al menos podría hacer que Farmacéutica Castañeda perdiera una gran parte de sus recursos.Leandro sonrió con ironía y le dijo:—¿Señor Castañeda, lo oíste? La señorita Silva no es una persona común. Si las dos empresas entran en un conflicto, ambos saldrán perdiendo, beneficiando a otros. ¿Por qué no llegamos a un acuerdo y dividimos el mercado de Costamar? Esa es la mejor opción hasta el momento. La señorita Silva ya me dijo que, para mostrar sinceridad, ¡está dispuesta a ceder el 70% del mercado y las ganancias!Al escuchar eso, Ezequiel se rió con gran desprecio:—¿El 70%? ¡Vaya! Parece que realmente tienes miedo. Podemos negociar, pero Yelena, ¡deb
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