Lucía hizo una pequeña mueca. —¿No es así? El grupo Fernández ya gana lo suficiente en un día, así que incluso si pierde un poco, esto no importaría, ¿verdad? ¿No será que el gerente Fernández es un poco tacaño y se preocupa demasiado por el dinero?Al decir esas últimas palabras, Lucía rodó los ojos deliberadamente, usando la estrategia de provocación.Como un astuto hombre de negocios, Jorge no pudo pasar por alto ese pequeño truco de Lucía. Sin embargo, no sabía muy bien por qué, al mirar los hermosos ojos de ella, había dicho esas palabras sin pensar.—Jaja, esta cantidad de dinero, en realidad no me preocupo nada por ella. Voy a descansar.Lucía mostró una sonrisa triunfante y luego cuidadosamente arregló la manta de Jorge, antes de mirar el suero intravenoso.—Está bien, cierra los ojos y descansa un poco. Yo me fijaré en el suero intravenoso.Jorge no dijo nada, pero obedientemente cerró los ojos.Lucía se sentó muy tranquila en la silla, algo aburrida, mirando alrededor de la
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