Rodrigo entró con una expresión severa. No estaba nada feliz de ver a Guadalupe.Sentada en su silla, Guadalupe levantó las cejas y preguntó: "Sr. Ávila, ¿qué le debo?"."Solo han pasado unos meses desde la última vez que nos vimos, pero ya olvidaste todas las reglas de la familia Ávila. Ni siquiera me serviste café".Guadalupe se rio al escuchar lo que dijo Rodrigo. "Este lugar no es una cafetería. Si quiere café, debería ir a Starbucks. Hay uno cerca. Baja las escaleras, gira a la izquierda y camina 200 metros. Lo verás. Allí se sirve café"."¡Guadalupe! No tienes respeto por tus mayores, y no tienes los modales apropiados en absoluto. Has traído la vergüenza a la familia Ávila. Voy a..."."Sr. Ávila, parece haber olvidado que me divorcié de Aritz".Los labios de Guadalupe se curvaron mientras hablaba, pero sus ojos no sonreían. "Este es mi lugar de trabajo. Si no tiene nada específico que decir, márchese ahora. Si lo tiene, dígalo sin rodeos".Guadalupe hizo una pausa por un moment
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