El gimnasio estaba lleno de gente con cuerpos en buena forma, y Bella pronto dejó de lado sus preocupaciones, ocupada mirando a los chicos guapos. Aunque en la superficie mantuvo una compostura tranquila y elegante, no estaba acostumbrada a que tanta gente la mirara. Antes tenía confianza en sí misma y un estilo de vida audaz, pero luego de ser ignorada por Pedro, comenzó a dudar de sí misma y a sentirse inferior. Estar atrapada en esos pensamientos todos los días hizo que su temperamento empeorara y su personalidad se volviera más extraña.—¡Ay, llegaste!Juan, vestido con una camiseta de camuflaje, se acercó a Bella con cortesía y calidez. —Sí, tengo tiempo libre hoy, así que vine a entrenar, —respondió Bella con una sonrisa. —Ve a hacer tus cosas, hay gente esperándote allí—, agregó.Juan parecía ser popular, no solo dando clases de entrenamiento personal, sino que también muchas chicas le preguntaban sobre el precio de sus clases. Aunque Caza ya no lo podría contratar
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