Al oír eso, todas las miradas se centraron en Pedro.—Yo la acompañaré. —dijo Pedro, molesto, marcando así su posición.Darío sonrió sin prestarle atención y le preguntó a Bella: —¿Bella, quieres comprar algo?Pedro también la miró.Bella cambió de opinión. —No, mejor nos quedamos a tomar el té. —respondió, negando con la cabeza.Darío no insistió.Sin embargo, Pedro se dio cuenta de su verdadera intención. —Vamos, te acompaño a dar un paseo.Bella lo miró con desdén. —Hermano Darío, ¿me puedes servir un poco más de té, por favor?—Claro. —respondió Darío con una sonrisa cariñosa, sirviéndole más té.Pedro frunció el ceño, pero no dijo nada.Incluso Alejandro, que solía mantenerse al margen, notó la tensa situación entre ellos.Patricia, en cambio, estaba perfectamente al tanto de lo que pasaba por sus mentes.—Darío, Bella solo se ha divorciado de Pedro en un arrebato, cuando se le pase el enfado, volverán a casarse. ¡No te metas entre ellos! —le reprochó Patricia con cierto enojo a D
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