La música lenta llenaba el salón de fiestas de la Mansión Amorielle. Mantenían una distancia segura el uno del otro. Ellis estaba nerviosa y un poco tensa, no sabía cómo actuar cerca de Vittorio. Por su parte, Vittorio estaba callado, parecía estar pensando en algo. Sus ojos, sin embargo, seguían a Eleonora mientras hablaba al oído de Tommaso. Sabía que Eleonora se encargaría de traer a Tommaso, como le había pedido, pero al verla acompañada de uno de sus enemigos, no podía evitar sentir un pinchazo de celos. — ¿Estás bien? —preguntó Ellis, tratando de romper el silencio. — Sí, estoy bien. —respondió Vittorio, mirando directamente a los ojos de Ellis por primera vez desde el incidente con Tommaso. Vittorio extendió la mano hacia Ellis, quien vaciló por
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