Dentro de la camioneta, Landon, Nick y Knox viajaban en medio de un tenso silencio, rodeados por la oscuridad de la noche que ocultaba el destino de los hermanos Cassian, Dorian y Kane. Cada uno de los hombres misteriosos tenía su papel definido en esa trama sombría. Landon, impaciente, estaba sentado cerca de la ventana del pasajero. Miró a Knox, que estaba al volante, y preguntó, con un toque de irritación en su voz: "Knox, ¿cuánto falta para llegar a Cheyenne, Wyoming?" Knox, el conductor, sin apartar la mirada de la oscura carretera, respondió bruscamente: "Tiempo suficiente para que calles, Landon." Nick, el hombre entre Landon y Knox, intervino: "Knox, ¿cuándo vamos a detenernos para estirar las piernas?" Knox, firme en su decisión, afirmó: "No vamos a parar. El jefe fue claro. Nada de paradas. Necesitamos mantener a los chicos bajo control y no podemos perderlos de vista." Landon, observando la carretera por la ventana, murmuró: "De est
Leer más