—Está bien, entonces tampoco me llames 'señora', si no te importa, podrías llamarme 'tía' como Selene y Luciano— respondió Azul.Selene, al escuchar estas palabras de Azul, se atragantó con la soda y comenzó a toser fuertemente. Con los ojos muy abiertos, miró a Azul a su lado y murmuró en voz baja: —Tía, estás pidiendo que te llamen 'tía', pero él no es tu sobrino.Azul, al escuchar las palabras de Selene, pensó cuidadosamente por un momento y se dio cuenta de que tenía razón.—Bueno, ahora que lo mencionas, parece que sí. De repente, me convertí en la mayor de Octavio— dijo Azul.—Usted es la tía de Selene, yo soy amigo de Selene, llamarla 'tía' es lo apropiado— intervino Octavio, mostrando su habilidad para hablar y haciendo reír a Azul.Azul se rió felizmente, —¡Jajaja, está bien, así será a partir de ahora!—Pero tía, ¿no crees que esto es un poco extraño?— frunció el ceño Selene.—¡Ay, hija, Octavio no le importa y a mí me gusta cómo suena! Es amistoso, ¿por qué estás siendo ta
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