—¿Por qué te vas? ¿Te has cansado de visitar a los seres queridos?—Hilario, déjala salir. Ella no estaba cerca de tus padres. No se acostumbrará a esto. —explicó Deva. Pero en un momento, Eliana captó una sonrisa de satisfacción en su rostro. La situación le dejó perplejo a Hilario y él miró a Eliana con desconcierto.Eliana no respondió y solo sonrió. Al ver esto, Deva continuó:—Hermana, ¿deberías estar muy ocupada ahora? Si no tienes tiempo, puedes irte.—Quiero salir porque creo que hay demasiada gente para caber en el cementerio. Puedo venir en cualquier momento. No es necesario hacerlo hoy. No os molestaré más. Me voy. Eliana se dio la vuelta y se fue. Hilario quiso alcanzarla, pero fue detenido por Deva.—Hilario, no te vayas. Tengo algo que decirte. —¿Qué quieres decir? —Cuando tus padres murieron, siempre estaba a tu lado. Recuerdas, ¿verdad?Su comportamiento brutal se suavizó al escuchar esto. Nunca olvidaría la compañía de Deva. Las memorias felices de la infancia eran s
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