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Todos los capítulos de El secreto de Emma.: Capítulo 21 - Capítulo 30
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21 Embarazada.
EMMA: Mi corazón nunca latido tan rápido y mi respiración se agitaban de solo pensar lo que haría. — Noha… — Bien nena, prepárate, esto será rápido pero delicioso. Siento un tirón y veo volar mi braga y cuando estaba a punto de quejarme el me penetró, deliciosamente rápido y profundo, nunca lo había sentido tan adentro y era realmente maravilloso, ese ir y venir me hacía gritar, gritar como nunca lo había hecho, le rogaba más aun sabiendo que yo no podría resistirlo, cada embestida provocaba que mis pechos rozaran con las sábanas mientras Noha ejercía la presión justa en mi espalda y un agarre seguro con la otra mano en mi cadera, de pronto todo en mi comenzó a temblar y las embestidas se volvieron más rápidas hasta que me deje ir mientras gemía y él por primera vez gritó mi nombre. Y eso se sintió maravilloso, él siempre decía mi nombre o me llamaba amor cuando lo hacíamos, pero hoy, hoy lo gritó. — ¡DIOS, EMMA! Se recostó un segundo sobre mi espalda y pude sentir el sudor
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22 Dignidad.
Tommy:— En verdad Noha, Emma está bien, en unos minutos estaremos aquí.— Mejor encárgate del restaurante y yo voy a cuidar de ella.— Vamos amigo, déjame encargarme de esto, sabes... desde que ustedes están juntos casi no pasó tiempo con ella.— Es mi novia Tommy.— Y para mi es mi hermana, obvio que los quiero a los tres, pero Emma no se fue del orfanato como ustedes, ella siempre estuvo para ayudarme a soportar la sobreprotección de mi madre y...— ¿Y?— Esos pequeños, que te consideran su padre, yo los vi crecer en la barriga de su madre, yo toqué cada una de sus patadas, los esperé más de 5 horas en la sala de espera hasta que por fin vi sus rostros y supe que estaban bien, ellos son mis sobrinos, y para mi Emma es mi hermana, sé que ustedes terminarán casándose y querrán vivir solos como una verdadera familia y entonces... perderé a mi hermana.— Rayos Tommy, ¿qué te pasa? Siempre seremos los cuatro mosqueteros, no sabía que te sentías desplazado, sé que soy una persona irresis
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23 Enloquecer.
DEMETRI:¿Qué le sucede? Se ve terrible.— Ya le entregué las muestras de los niños.— ¿Cómo te fue con eso?— Bien Prieto, eso salió bien, los preparé hace unos días, les dije que es para la ficha escolar, que necesitaba saber cómo estaban de salud. — Mi hermano no ha perdido oportunidad de hablar con ella en cada ocasión que puede.— Qué te parece si vamos a almorzar. — Hoy Emma es mi invitada, ella y los niños.— Claro hermano, lo entiendo, debes querer compartir tiempo con tus sobrinos.— Por favor no me siento bien no discutan.— ¿Que te sucede Emma quieres ir al médico?— No, no es nada, además ya tengo cita con el médico, lo veré a la tarde, bien nos vemos Prieto. — Ella se despide de mi hermano con un beso en la mejilla, algo que me llena de envidia, ¿por qué? Porque ella siempre hace esa diferencia.— ¿Vamos por los niños?— Claro vamos.— Este lugar es muy hermoso.— ¿Te gusta Valentina? Ustedes se merecen lo mejor.— El picnic de ayer con Prieto estuvo bien, pero debo
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24 Adios.
EMMA:— Lo ves, ese es tu bebé. — Lo veo, pero no lo puedo creer. —  Sigo con la imagen de la ecografía en mis manos, esto es imposible.— Doctor estas son mis píldoras además el periodo lo eh tenido puntualmente.— ¿El periodo es normar? — Bueno, no en realidad, es muy poco el sangrado y solo un día o dos cuanto mucho.— Eso puede deberse a muchas cosas, pero en especial al estrés, debes relajarte, tomarte unos días, ahora tienes 12 semanas, deberías descansar hasta la semana 15, solo por precaución.  — El doctor hablaba mientras examinaba mis pastillas y de pronto, se llevó una a la boca, lo que me dejó en shock.— Estas no son anticonceptivas, son vitaminas.— ¿Que?— ¿Alguien jugó con pastillero?  —  Mi mente vi
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25 Una oportunidad.
NOHA:— John hermano, ¿sabes algo de Emma?— No, hoy vino a buscar a los niños y ya no volvieron, ¿qué sucede?— Nada, cuando llegues a casa te contaré. — Tiene algo que ver con los Constantini?— Sí, ¿tú qué sabes?— Marco me pidió que hiciera dos documentos de renuncia de derechos paternos, uno para Demetri y otra para Prieto.— Bien, eso es magnífico, aun así, dile a Marco que mañana me gustaría hablar con él. — Seguro hermano no te preocupes, sabes que puedes contar conmigo.— Gracias nos vemos.¿Por qué no atendí cuando llamo, donde puede estar? — Hola Noha.— ¿Débora? ¿Cómo entraste? Hoy no abriré, creí que coloqué el cartel en la entrada.<
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26 ¿Por que?
EMMA: Sus manos comienzan a apretarme cada vez más y el calor en mi cuerpo comienza a expandirse, hasta que recuerdo las indicaciones del médico. — Noha, para... detente.— ¿Por qué? No quiero. Ya es muy tarde.Ambos hablamos entre jadeos y dios, No, no quiero que se detenga, pero por el bien de nuestro hijo deberé detener esto.— No, Noha, basta... el bebé.Fue algo automático e incluso un poco cómico, la forma en la que se alejó de mí.— ¿Que, que sucede? ¿Te duele algo? ¿Quieres ir al médico? Acaso hice...— ¡NOHA!, para, es que el médico me recomendó que... nada de sexo hasta la semana 15, solo por precaución. — Genial, pequeño bandido, todavía no has nacido y ya comienza la cuarentena.— ¿Peque&ntil
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27 Tommy.
Noha:— Buenos días, cariño.— Mmm me encanta despertar de esta manera, me vas a mal acostumbrar.— ¿Y Cuál es el problema en acostumbrar a mi mujer a tener el desayuno en la cama todos los días?— ¿Tú mujer?— Eres mi novia, madre de mis dos hijos y llevas al tercero en tú vientre, eres mi mujer.  Ver ese rostro brillar como un sol propio no tiene precio, bien se lo que quieres y como siempre te lo daré mi amada Emma, tú serás mi mujer legalmente.  — Bien mientras desayunas iré a encargarme de unas cosas.— ¿De qué?— Cosas del restaurante, tú solo descansa. Sentir sus labios tan cálidos sobre los míos, me excita, es algo inevitable solo dos semanas, y te haré el amor nuevamente. <
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28 No, él no.
NOHA.Todo es por el bien de Emma, no lo olvides, solo habla con esa mujer, di que la perdonas y listo, una preocupación menos para ella.—Hijo.Hijo, ¿cómo me puede llamar así? Me levanto y doy la vuelta con toda la intención de mandarla a cualquier sitio lejos mío, y me congelo, ella se parece a mí, es muy joven y esos ojos, tan llenos de dolor, que te hacen sentir pena de solo mirarlos.— Mi pequeño Noha, lo único bueno que tengo en esta vida. Mi niño.Y cuando me abrazó, sentí algo que jamás sentí en mi vida, me sentí pequeño, débil, asustado, un niño, que necesitaba la protección de su madre, un abrazo cálido, una caricia, un amor único e incondicional. — Mamá.Ella me presiono aún más fuerte y es que en esa palabra iba toda mi frustración y necesidad por ella, Emma tenía razón los padres son dios a los ojos de sus hijos, y quien soy yo para juzgarla. —…Como vez hijo, mi intención nunca fue dejarte, pero le seguía temiendo a tu abuelo, solo una orden de él y te perdería para si
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29 Despertara.
EMMAPor favor, no, esto no puede estar pasando, tiene que ser una pesadilla, por favor, necesito despertar.Bajo del auto corriendo por más que prieto trata de detenerme, no pude hacerlo.— ¡NOHA!— ¡¿Qué haces aquí?!— ¡¿Dónde está Tommy?! Que sucedió.— Tranquila, por favor Emma, no te alteres.— ¡DEJENME DE TRATARME AS! ¡¿Que le paso a mi hermano?!— Emma.— Carla.Mi amiga me abraza esta manchada con sangre, mis hijos acaban de llegar y veo como John y Bianca los llevan a otro lugar.— ¿Que paso?— Él me acompañó a realizarme unos análisis, y cuando me estaban atendiendo, no sé cómo, ni que pasó, él solo... cayó, puede ser que se apoyara mal en el barandal o algo, él solo.... Emma tengo miedo, yo... ya no sé qué hacer sin Tommy.Grandísimo tonto, lo conseguiste, por fin sabrás que te ama realmente. — ¿Que dijo el médico?— Nada, lo están atendiendo, ¿puedes sentarte? estas temblando.— No, no puedo Noha.— Querida.— ¡¿Alysa?!— Ven, vengan las dos, es lo mismo esperar de pie o
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30 Niños.
DONATO Y VALENTINA — Bienvenidos a su casa hijos.— ¿En verdad eres nuestro padre?— Si hija, soy su padre, que dicen ¿me darán una oportunidad?— Si Papy.— ¿Y tú Donato?— Aún me debes una disculpa por lo que le dijiste ese día a mi madre en el restaurante. — Soy tu padre, no debo disculparme.Y ese es por qué estoy seguro que no eres nuestro padre. Un padre jamás lastimaría a su hijo.— Claro tienes razón. ¿Cuál es nuestra habitación?— La tuya la de la derecha y la de Valentina...— Papy, nosotros dormimos en la misma habitación. — Pero aquí no es necesario aquí hay habitaciones de sobra.Ahora veremos qué tan duro eres Demetri, usaré mi cara de pobre niña pequeña.— No es por eso Papy, nunca nos separamos, no nos gustas, tenemos pesadillas, además estamos en una casa que aún es extraña para nosotros, ¿puede ser?Si hermana, ya lo tienes en la palma de la mano, eres la mejor.— ¿Cómo podría negarle algo a mi princesa?— Vamos Tina, ordenemos nuestras cosas.— Para eso está la s
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