Elena nunca había sido reprendida tan fuertemente por Damián. Con la cara visiblemente afectada, apretó los labios en una expresión de inocencia, manteniendo su cuerpo rígido.No estaba dispuesta a bajar su noble cabeza frente a extraños, y mucho menos cuando la “extraña” era Lina. Ahora, incapaz de regresar a Santiago y atrapada en Fronteria, todo gracias a esa mujer.En un momento de incertidumbre sobre cómo actuar, Elena notó que Juan se acercaba.Ella ideó un plan, caminando hacia Lina paso a paso, deteniéndose solo cuando estuvo muy cerca. Lina la miró de arriba a abajo, llena de precaución. —¿Qué estás tramando de nuevo?— preguntó Lina.Con destellos malévolos en sus ojos, Elena rio fríamente. —Lina, todo esto es por tu culpa...De repente, gritó, y su cuerpo se inclinó hacia atrás, chocando contra un jarrón cercano. Con el estruendo de un jarrón de considerable altura cayendo al suelo, Elena se desplomó, golpeándose contra el suelo después de golpear contra una columna. Sig
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