También, a través de la boca de otros, conoció su nombre: Juan Ramírez.Desde ese momento, ese nombre se quedó grabado como una obsesión en su corazón, convirtiéndose en su pesadilla.Las siguientes historias parecían llevar consigo un componente predestinado. Lina, por casualidad, salvó a la abuela de Juan, Emilia.Al enterarse de que Emilia estaba seleccionando una pareja para Juan, Lina no dudó en ofrecerse voluntaria y se convirtió en Señora Ramírez.Tres años de vida matrimonial se desplegaron en su mente como una película, recordándole constantemente la decisión errónea que tomó al principio.Sin embargo, durante esos tres años, no logró entender por qué Juan no la recordaba.En la cama del hospital, las pestañas de Lina temblaron ligeramente y luego abrió lentamente los ojos.El olor a desinfectante llenaba su nariz, su cerebro volvía poco a poco. Resulta que lo que acaba de experimentar fue solo un sueño.—Lina, ¿ya despertaste?Una voz de sorpresa llegó a sus oídos, L
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