Christen soltó una risita baja, mientras sentía al otro tirar de su ropa, dejándola completamente desnuda. Ella vio en los ojos del más grande la lujuria que lo poseía. Solo para oír un gruñido de excitación del otro, la chica abrió bien sus piernas, dejándose expuesta, lo que para Victor era el espejismo en el desierto. Rápidamente se deshizo de su ropa, arrodillándose una vez más entre las piernas de la mujer.— Eres tan hermosa... — susurró Victor en español.— No entiendo tu idioma, Vic... ¡Ah, Victor! — Christen se estremeció al sentir sus manos sosteniendo sus pechos, apretándolos de modo que ella sentía que perdería su mente.— Serás mi perdición... — Victor empujó a Christen contra el sofá, dejándola sentada, mientras la hacía apoyar los pies, doblando sus piernas hasta casi tocar el pecho de la chica — Sujete sus piernas y no las suelte.Antes de poder responder, Christen soltó un gemido alto al sentir los labios de Victor en su entrepierna. Sin perder tiempo, el más grande l
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