Al principio, Isabel pensó que Cira estaba bromeando, pero Cira realmente la llevó a cenar con Estela.Llegaron primero y esperaron un rato, hasta que Estela llegó tarde, acompañada de su guardaespaldas.Desde la entrada, Estela caminó hacia ellas, su mirada fija en Cira sin pestañear, y Cira le devolvió la mirada. Las miradas de ambas se entrelazaron, acercándose constantemente. Cira estaba algo sorprendida.En solo medio mes, Estela parecía haber envejecido notablemente.Su belleza exótica, con profundos ojos, solía ser cautivadora, pero ahora, su rostro adelgazado apenas tenía carne, y ni siquiera un maquillaje cuidado podía ocultar su aspecto demacrado.A pesar de tener solo veintitantos años, ya mostraba signos de envejecimiento.Por el contrario, Cira, vestida con un traje pequeño y un abrigo de color menta, resaltaba su piel blanca. A su lado, Estela parecía una grava sin brillo junto a una perla luminosa.Estela, incapaz de aceptar ser menos que Cira, la miró con ojos fríos. Ap
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