Ciara entró en la habitación y sus tacones resonaron en el suelo de madera. La habitación estaba poco iluminada, con una sola lámpara que proyectaba un círculo de luz en el centro de la habitación. Respiró hondo y trató de calmar sus nervios. Ella sabía lo que tenía que hacer. "Hola, tíos". Dijo ella, su voz fría y tranquila. "Me alegra que ambos hayan podido llegar a este nivel, tenemos mucho que discutir, pero ya no importa, haré una breve charla". "¿Qué quiere de nosotros?" Preguntó Brandon, con la voz ligeramente temblorosa, pero Ferdinand permaneció en silencio, con los ojos fijos en el suelo. Ciara los miró a ambos con mirada acerada. "Ya nos hiciste sufrir suficiente, ¿qué más quieres?" "Quiero que pagues por lo que hiciste". Ella cantó, su voz era dura como el acero. "Ambos merecen ser castigados por sus crímenes; si tienen suerte, sobrevivirán al proceso". "¡No puedes hacernos esto, Ciara!" Ferdinand protestó y finalmente encontró su voz. "¡Somos familia! Com
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