CoraLo quiero ahora mismo, inmediatamente, así que me incorporo impacientemente para tantear la parte superior de sus calzoncillos y empujarlos hacia abajo.Roger vuelve a fulminarme con la mirada, por el desafío de mi voz, así que yo le devuelvo la mirada."Bien", gruñe y se aparta de mí para sentarse en la cama a mi lado, bajándose los calzoncillos y quitándoselos de una patada. Apenas tengo un momento para mirarlo, con los ojos desorbitados al ver aquel miembro grueso y duro, antes de que me agarre y me ponga encima de él, de modo que mi pecho quede presionado contra el suyo, mis piernas a horcajadas a ambos lados de sus caderas, mi... Dios mío, mi resbaladizo centro presionado directamente contra la masa de su pene..."Muy bien, Cora", dice Roger, mirándome directamente a los ojos, con el temperamento irritado, justo como me gusta. "Entonces hagámoslo, joder".Sin decir una palabra más, sin dejar de mirarlo, subo las caderas y meto una mano entre los dos, sintiendo su orgullo
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