La hembra los miró fijamente, y por más que Samanta no quisiera separarse de los brazos fuertes y calientes y Axel, lo hizo. La otra hembra sabía quién era, y cuando se golpeó las pestañas y caminó hasta Axel, ella lo besó. Samanta sintió una punzada en su corazón, y sus mejillas ardieron intensamente mientras veía cómo aquella hembra se enterraba en los brazos que ella acababa de estar. ¿Pero qué tenía ella que ver con eso? Después de todo, aquel no era su compañero y aquella hembra sí, poseía derechos sobre él. Ella era tuya, y él de ella. La había conocido en la mesa, era por lo que ella recordaba a la primera compañera de Axel. Emadeline Villin. La hembra separó sus labios de los de Axel, y la miró. Como si solo en aquel instante percibiese su presencia, ella preguntó: - ¿Se encuentra bien, Srta. Ludov? Está pálida. Su voz era suave, así como su expresión. Pero Samanta podía sentir en su interior su gesto territorial sobre Axel, el modo en que sus manos estaban sobre él,
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