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Todos los capítulos de Una doctora para el Ceo: Capítulo 21 - Capítulo 30
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20. Momentos de paz interrumpidos
20 Nessie Me interrumpen en uno de mis pocos momentos de paz mi desagradable hermano. —¿Ya me tienes la información que te pedí? —pregunta mi hermano entrando a mi consulta sin mi permiso.Menos mal que estaba sola y no con un paciente.—No y retírate, debo atender a un paciente en menos de diez minutos —le dije sin verlo, revisando unos exámenes del paciente que debo atender.Allí va la poca paz que tenía, resople internamente.—Soy tu jefe y debes hacer lo que te ordeno —me recrimina de malas maneras.—Eres mi jefe, no mi dueño —repliqué enojada— además eres mi hermano y baja la voz, no estas en un bar de mala muerte, estas en mi consultorio y por ende pido respeto, Craig.Al parecer él olvidaba que era mi hermano, y menor que yo para empeorar el asunto.—Eso aquí, dentro de este hospital —y señala al suelo para hacer énfasis en su punto— no somos familia, eres mi empleada y te mandé a averiguar que trama ese imbécil de Elliot McNeill —señala fuera de la puerta, como si El
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21. ¿Amigo o enemigo?
21 JazzielLas semanas habían pasado como se había previsto y nosotros caímos en una cómoda rutina. Ayudaba a Ana a llevar y buscar a Dali y en sus cosas, sentía que me acercaba a ella, sin embargo, ella siempre ponía un alto cuando hacía un avance físico con ella.Retrocedía y no le daba importancia, una vez en casa las cosas pueden ser mejor.—¿Es Iliana la madre de tu hija? —pregunta Elliot sin rodeos al día siguiente de encontrarnos todos juntos y riéndonos.Veníamos de cenar en la calle cuando vimos a Elliot y él no dijo nada, pero sabía que estaba confundido, pero al presentarle a mi hija se le pasó el estupor y entabló conversación con ella.—Lo es, lo descubrí cuando hackeé el centro información de la clínica —confirmé con voz serena.—No se te ocurrió… no sé, ¿decirnos? —reclamó un poco dolido.—No, solo quise venir aquí y ver qué diablos pasaba por la cabeza de esa mujer, para ocultarme una hija. Nuestra hija —corregí rápidamente— ¿sabes lo que eso significa?—Que te
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22. Se siente correcto
22 Iliana Hace muchos años mi madre viajó de México a Escocia conmigo en brazos, no era algo muy común para una latina como ella estar tan lejos, pero era una gran profesional y trabajaba mucho para darme lo más importante en mi vida, nunca me quejé y no pregunté por el donante de esperma que tengo por padre, si es verdad lo que recuerdo solo supo darle mala vida a mi madre. —No lo necesitamos en nuestras vidas —decía mamá mientras tomaba mi pequeña maleta rosa con ruedas y nos íbamos sin mirar atrás. No me sentí extraña en Escocia. Sí, era otra cultura y otro país, otro idioma tan diferente al nuestro, pero me sentía como que pertenecía a este lugar. Ver a los amigos de Jazziel combinados por toda la casa junto con mis amigos se sintió bien, era como cuando me mudé de niña a estas montañas. Se sentía correcto. «Pero… ¿qué estoy diciendo?» me preguntó viendo a mi alrededor con algo de temor, tal vez pensando que alguien puede leer mentes y ver que tengo en la cabeza. La fiesta e
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23. Odio mutuo
23 Jazziel —Odio a ese tal Alexander —me dijo mi hija cuando me acerqué a ella ambos mirando la interacción de Iliana con Alexander. —No hables así de tus mayores —le regañé— aunque, a mí también me cae mal —murmuré para que solo ella escuchara. —¡Ja! ¡Lo sabía! —se jacta mi pequeña con pequeños saltos divertidos. ¡Dios! ¿Cómo era posible que me perdiera a este pequeño rato de luz? La acabo de conocer y aun ahora siento un inmenso amor por la pequeña de ojos tan azules como los de su madre. —Shhh… si tú mamá se entera nos mata —hice una seña con el dedo para acallarla. —Bueno, bueno, me callo… sé como ves a mamá —me suelta de repente, luego de quedarnos callados unos segundos— ¿quieres a mi mami? Me le quedé viendo pasmado por sus palabras, pero debía serle sincero. Jamás pensé que mi hija fuera tan perspicaz y analítica. —Sí, quiero a tu mamá y mucho —me le confesé a mi hija de diez años— siempre la he querido, alguien nos separó y yo nunca la busqué de nuevo porque me sentí
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23. No podía dormir
24 IlianaNo podía dormir.Después de que Jazz me mostrara mi habitación y asegurarme de que él acostaría a la niña me aseé un poco y me puse unos de mis pijamas favoritas, dudaba de que Jazziel me viera así, así que no lo pensé mucho.Luego de dar muchas vueltas en mi cama, bajé para calentar un poco de leche, siempre me ayuda a conciliar el sueño, lo que no esperaba era vera Jazziel con esa mirada lobuna en su rostro.Me sentía como un pequeño conejo a la merced del lobo hambriento y no sé porque eso calentaba mis entrañas.—¿Quieres un poco de leche tibia? —pregunté en su lugar.—Claro —se encogió de hombros como si no le importara, pero seguía todos y cada uno de mis pasos como un depredador.Es solo que me hice la desentendida en ese aspecto, prefería que las cosas fueran platónicas, ya habíamos intentado estar juntos y eso causó que me alejara y dejará a mi hija sin padre, no pienso repetir eso.Dalilah se merece pasar el tiempo con su padre, a veces los veo a escondidas y ni si
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25¿Por qué no puedes ayudar?
25 Nessie—¿Será que me veo bien? —le pregunto al reflejo de mí misma, el vestido no parecía demasiado, pero se amoldaba en mis suaves curvas. No quería estar tan exagerada, de todos modos, mi abrigo tapara la mayoría de mi atuendo.La puerta se abre de golpe y mi padre hace acto de presencia con la cara más amarga que he visto en días. Sé sin lugar a dudas que mi querido hermanito tiene que ver con este comportamiento de mi padre.—¿Por qué no puedes ayudar a tu hermano? —me pregunta con las manos en la cadera, respirando como un dragón apunto de echar fuego por la boca— siempre fuiste una niña problemas, pero jamás esperé que llegaras a esto.—Porque es un vago de mierda, pero eso ya tú lo sabes —repliqué sin dejar verme en el espejo— si soy o no niña problema no tiene nada que ver con Craig, padre.Traté de armarme de paciencia, para no tener que salirme de mis casillas tan rápido, pero mi padre y yo no hemos coincido en nada, ni siquiera cuando mi madre estuvo embarazada de mí
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26. Está es tu oportunidad
26. Narrador OmnipresenteUna hermosa mujer de cabello chocolate camina por la calle hasta entrar en la cafetería donde se vería con su madre, había insistido demasiado, así que tuvo que tomarse un momento en el trabajo para atenderla o le daría un ataque.—Buenos días, mamá —saludó con un beso en la mejilla.—¿Qué tienen de buenos, Jessamine? —le pregunta Betsabé Dunn molesta.—Tiene todo de bueno, Nikki ya va al baño sola, así que no soy tan indispensable ahora como antes —le comentó ella de manera sarcástica con una suave sonrisa.—No seas ridícula, Jessamine —la mujer tenía un carácter adusto cuando las cosas no salían como ella lo quería— ¿Dónde está tu hermano? Lo he llamado muchas veces y siempre va a buzón.—Tienes un hijo bastante mayorcito como para que estés de ese modo tan controlador —le recrimina la hermana de Jazziel— ya casi tiene treinta años, madre.—No me interesa, él nunca ha sabido lo que es bueno para él, hasta que no esté casado con una buena mujer y comience un
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27. El fideicomiso
27 JazzielHabíamos ido al día siguiente de mudarnos al banco para abrirle ese fideicomiso a Dalilah, Ana quería persuadirme de devolverme la mitad, pero me negué rotundamente.Me imaginaba a una sola Iliana con una bebé mientras trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, sabía que su madre la había ayudado en la medida de lo posible, pero de todas maneras tuvo que ser duro, y solo pensarlo hace que me hierva la sangre de rabia.Dalilah estaba muy contenta de ir con nosotros, le comentamos sobre su futuro universitario y dijo que ella quería ser artista y nosotros la apoyaríamos en lo que quisiera.—También puedes viajar un año —le comenté viendo unos folletos en una tienda.—¿Viajar? —me pregunta arrugando su pequeña nariz en un gesto tan parecido al de su madre que me tiene sonriendo en su dirección.—¡Eso sería genial! —estuvo de acuerdo Ana con un ligero toque de sarcasmo.—¿Ves? Hasta tu madre esta de acuerdo conmigo —sonreí como un canalla porque sabía que lo decía con sarcasmo.—Pe
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28. Nervios que hacen estragos
28 IlianaEstaba nerviosa desde que vi a Jazziel hablando con alguien por teléfono, por el momento no quería que Dalilah conociera a su familia paterna, eso me ponía muy nerviosa.«¿A quién engaño? No quiero que nadie de su familia vean a Dalilah en un radio de 30 metros» me dice mi conciencia con pánico.Me relajé considerablemente cuando dijo que solo era su hermana, pero no sabía cómo actuar alrededor de esa familia.—Estás muy pensativa —apunta Jazz entregándome una copa de vino blanco cuando ya Dalilah está en su habitación.La comida que nos hizo fue esplendida, amaba el pescado frito con papas. Y disfrutamos una comida divertida.—Lo siento, quería preguntarte si te importa… —me quedé en silencio tratando de formular bien la pregunta— si te importa que Dalilah aun no conozca a tu familia, al menos por un par de meses.Eso me daría tiempo para asimilarlo y ver cómo actuar a su alrededor.—No hay problema, iremos despacio. Por ahora solo quiero recuperar el tiempo perdido con mi
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29. Imitador de Elvis
29 Jazziel Hace 10 años La boda—¡Mira, es Elvis! —señala Iliana borracha como una cuba— siempre he querido conocer a Elvis.—Para eso debes morir y me gusta mucho tu forma viva —me burlo de ella, sabía que sacarla a caminar para que se despeje era una mala idea, pero Balthazar había insistido antes de que ellos si se fueran a dormir. Bastardos. Efectivamente un hombre vestido de Elvis fumaba un cigarro en las puertas de la capilla en la que trabajaba, Ana me toma de la mano y me lleva directamente a donde está el tipo.—Hola, ¿me firmas un autógrafo? —le pregunta Ana al hombre con una sonrisa brillante.—Claro, ¿Por qué no? —dice el hombre con una risita.Suponiendo que no es la primera vez que le pasa con cualquier borracho de la ciudad.—Bien, ya tienes tu autógrafo es hora de regresar al hotel —le dije como si fuera su niñera.—Pensé que venían a casarse —dijo la imitación de Elvis.Los ojos de Ana brillaron, cuando estaba así de borracha se veía hermosa, sus mejillas
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