Un bolso de marca de varios miles de dólares, aunque no era excesivamente caro, era una de las debilidades de Adriana. Cuando lo recibió, notó de inmediato el año de fabricación. Era el modelo del año pasado, no la última versión.—Pero, ¿de dónde sacaste esto?— preguntó ella.Ernesto, después de dar algunas vueltas en su mente, finalmente dijo: —Esto es un regalo de la marca para el señor Vargas. No se dio cuenta de ello, pero cuando notó que su bolso estaba sucio, me pidió que le entregara este.Adriana asintió. —Está bien, entonces dile que le agradezco.Ernesto respondió rápidamente y, cuando estaba a punto de decir algo más, Adriana aceleró y se fue de Grupo Vargas.Mientras se dirigía hacia el teatro, recibió una llamada de Helena.—Vuelve rápido, ha sucedido algo.—¿Qué pasó?— preguntó Adriana, sintiendo un apretón en el pecho.Helena suspiró y dijo:—Al mediodía fuimos al comedor a almorzar y nos encontramos con personas del grupo de Rosa. Intentaron provocarnos, irritaron a
Leer más