Tu bestia se acerca. Pronto descubrirás toda la verdad y el propósito de tu vida. Por ahora, regresa a salvo con tu lobo. — La Diosa desapareció, dejándome con más preguntas que respuestas. — ¡Pero nada de esto tiene sentido! - Exclamé frustrada. Harvey emergió en su forma de lobo, deteniéndose frente a mí y mirando a su alrededor. Olfateó el aire y se estremeció, percibiendo el olor pútrido de la magia maligna. — ¿QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO AQUÍ SOLA, SOPHIE? - Rugió de furia, se acercó y mordió mi piel, tirando de mí con urgencia. — ¡AQUÍ NO ES SEGURO, VAMOS! Sentí su temor, y quedó claro que lo que fuera eso provocaba miedo no solo en mí, sino también en la Diosa y la Bestia. — Perdóname, Alfa… — Susurré, mis emociones a flor de piel. — ¡Yo… tengo miedo! Finalmente, cedí y lloré. Él me soltó y lamió mi rostro, secando mis lágrimas. — No aquí, Sophie… ¡Vamos! - El Alfa me empujó con el hocico. Asentí y lo seguí, corriendo hacia nuestro escondite, anhelando el amanecer y el
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