La mansión Leone era un lugar digno de admirar, poco sabían que aquel lugar era tan bello, tan curioso, una hermosa mujer, aquella que observaba desde la ventanaParecía esperar a alguien en particular, su cabello cubría la mirada de su rostro, mientras sus bellos labios de rojo, predominaba al igual que su vestido de floresElla mostró una sonrisa, estaba emocionada, corría hacia la puerta y observo al hombre que bajaba del auto, este tenía una expresión cansadaEra como si llevara el peso del mundo sus hombros, mientras observaba la sonriente mujer que lo recibía con un anhelo, que pocos llegaban a mostrarleÉl no podía pedir mucho más, su esposa era su vida, la mujer que adoraba con su vida, aquella que, al verla, solo lo hacía sentir, además de amor, un poco de resentimiento consigo mismoY con ella, sobre todo con ella―Mi hermosa flor de primavera, te he dicho que no vengas hasta aquí a recibirme, solo tienes que esperarme dentro del nuestro hogar, de verdad que no necesito que
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