A medida que se acercaba el tercer cumpleaños de Isabella, Amanda y Louis no pudieron evitar notar algunos sucesos peculiares. Isabella solía decir palabras y frases que parecían fuera de su edad, usando un lenguaje que era más apropiado para una persona mayor. Al principio, lo descartaron como una fase precoz, pero a medida que el patrón continuó, comenzaron a preguntarse si había algo más. Una noche, mientras la familia se reunía para cenar, Isabella estaba sentada a la mesa, con los ojos muy abiertos fijos en Louis. "Papá, ¿recuerdas la casa grande con el hermoso jardín?" preguntó, su voz inocente tenía un extraño aire de familiaridad. Louis intercambió una mirada desconcertada con Amanda antes de responder: "Sí, mi amor, lo recuerdo. ¿Pero cómo sabes eso?" Isabella se encogió de hombros, con la mirada todavía fija en la de su padre. "Solía jugar allí cuando era abuelo", dijo con total naturalidad. Un escalofrío recorrió la columna de Louis y los ojos de Amanda se abrieron con as
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