Contuve la respiración y lo miré. Los ojos de Álvaro todavía estaban fijos en la pantalla de la tableta, donde los gritos de agonía continuaban.Álvaro, derrotado, se sentó en el suelo, todavía en estado de shock, y miró a Patricio, revelando una dirección.Patricio miró a Marcos, quien inmediatamente se giró y salió.En ese momento, Álvaro parecía completamente abatido, sin un ápice de energía, murmurando para sí mismo: —Me merezco este destino, le fallé al señor Álvarez, traicioné su confianza en mí...Luego, sus ojos vidriosos se enfocaron de nuevo, como haciendo un último esfuerzo ante Patricio: —¿Pero cómo podría haber controlado todo esto? Solo fui utilizado por ella. Al principio, ella me dijo que solo necesitaba reemplazar el maletín, pero nunca imaginé que me obligaría a...Con sus ojos saltones y desesperados, continuó mirando a Patricio: —Fue ella quien me obligó a hacerlo...—Si no hubieras sido codicioso, ¿cómo habrías terminado así? Has infligido un golpe devastador a nue
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