Después de hablar, Ximena tomó las manos de Nicolás y Liliana, preparándose para llevarlos arriba a limpiarse. No podían quedarse sucios.Sin embargo, Nadia bloqueó el camino de Ximena antes, diciendo: —¡Detente ahí! ¿Qué quieres decir con 'cuidar a mis hijos'? ¿Qué hizo mal mi hijo para ser acosado por este mal educado de tu casa?Ximena miró fríamente a Nadia y le dijo lentamente: —Dilo de nuevo, inténtalo.El gesto y la mirada de Ximena asustaron a Nadia, quien rápidamente se calló y retrocedió. —Yo... ya lo dije. Tengo miedo de ti. Tu hijo...Antes de que Nadia pudiera terminar su frase, la voz de Renata llegó desde la parte superior de la escalera.Nadia se estremeció y, sin decir una palabra más, cerró la boca de Samatha, quien estaba llorando desconsoladamente, y se dirigió rápidamente al baño con ella.La situación parecía haberla dejado completamente desconcertada, como si hubiera visto un fantasma.Renata, confundida, parpadeó y luego se volvió hacia Liliana, cuyos ojos es
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