No solo eran diferentes en apariencia, sino que también tenían personalidades opuestas a Claudio.La pequeña niña miraba a Clara con hostilidad en sus ojos, a pesar de su corta edad, parecía entenderlo todo.Carmen se apresuró a explicar: —Lo siento, señorita Suárez, Blanca tiene un carácter reservado y no le gustan los extraños cerca de ella.Clara ya había retirado su mano. Aunque no iba a proyectar su enojo hacia Yolanda en la niña, tampoco tenía intención de acercarse a Blanca, quien la detestaba mucho.Las relaciones entre las personas eran extrañas. Claudio, por ejemplo, a pesar de ser hijo de Yolanda, Clara sintió una afinidad inmediata con él desde el primer momento que lo vio.—No importa, es solo una niña.Clara miró las piernas de Carmen y preguntó: —¿Cómo está tu pierna?Mientras estuvieron en el barco, Hernán le disparó a Carmen.Carmen sonrió ligeramente: —Gracias por tu preocupación, señorita Suárez. La bala no causó daño vital, he estado en recuperación durante varios m
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