—¡Ay, sólo era una broma! —Sebastián rió juguetonamente, pero al ver la cara seria de Mauricio, dejó de bromear.Mientras Valeria afinaba el violín levantó la cabeza, miró al hombre indiferente en el sofá, y luego a Sebastián a su lado.Recordó la conversación que tuvo con David en el hospital, sus ojos se volvieron profundos e inescrutables.Sebastián, percibiendo su mirada, se inquietó un poco: —¡Vaya, Val, qué es esa mirada!—¿Qué pasa con mi mirada? —Valeria lo miró inocentemente—. Solo pensaba que eres guapo, por eso te miré un poco más.Sebastián no creía ni una palabra de lo que decía, insistió: —¡Solo estaba bromeando con Mauricio, soy completamente heterosexual! ¡No soy tonto, las chicas con pechos grandes y traseros levantados son mucho mejor!Bajó la vista hacia el pecho de Valeria, y luego sacudió la cabeza.Al notarlo, la cara de Valeria se volvió fría como el hielo: —¿Por qué sacudes la cabeza después de mirarme, acaso mi figura no es buena?—Tu figura está bien, Val, per
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