Después de saborear tres tragos, Gregorio no pudo evitar sonreír ligeramente y comenzó a escribir, enumerando en el papel los nombres de las Plantas medicinales una por una.A mitad de camino, para evitar errores, tomó dos tragos más.Una vez confirmado que todo estaba correcto, continuó escribiendo con soltura todos los nombres de las Plantas medicinales.En total, le tomó menos de un tercio del tiempo esperado.—Ya he terminado —anunció Gregorio de repente, levantando la mano para llamar la atención.Su voz, aunque suave, capturó instantáneamente la mirada de todos.—¿En serio? El incienso ni siquiera se ha consumido a la mitad, ¿y él ya terminó?—No creo que sea tan increíble, seguro que escribió cualquier cosa.La multitud murmuraba entre sorpresa y escepticismo.—Déjame ver —dijo el asistente de negro acercándose, tomó el papel y, al leerlo, sus ojos se iluminaron de admiración—. Excelente, la respuesta es correcta, ni una letra fuera de lugar, perfecto.Estas palabras provocaron
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