Valery veía las gotas caer una a una, sintiéndose más desesperada que nunca. Desde la camilla, movía el pie nerviosa, justo cuando la cortina de su cubículo se abrió, dando lugar a una Rosemary sonriente que venía cargada con un equipo parecido a una televisor.—¿Cómo te sientes? —preguntó ella, con curiosidad, mientras empezaba a instalar todo los equipos.—No lo sé… No sabía que estaba tan cansada hasta este momento. Supongo que ha de ser la preocupación y la agonía. No estaré bien hasta que no sepa nada de Andrew.La joven enfermera asintió, solo pudiendo imaginarse lo que sería estar en sus zapatos. No conocía nada sobre ellos, y aún así, tenía la imagen de que Nicolas quería a su hermano, porque le escuchó llamar su nombre un par de veces cuando estuvo inconsciente, en lo que parecía ser una eternidad.—El agotamiento mental puede ser tan desgastante como el físico, pero te aconsejo que intentes descansar. Tu bebé lo necesita para crecer fuerte y sano. Toma estas —le tendió un co
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